martes, 4 de diciembre de 2012

"Never let me go"


Mirando desde abajo,
la luz de la luna está 
fracturada en el mar.
Las reflexiones todavía tienen el mismo aspecto para mí,
como antes de que me hundiera.

Es tranquilo el fondo.
Una catedral en donde no se puede respirar.
No hay necesidad de orar, no hay necesidad de hablar.
Ahora estoy hundida.

Y se está rompiendo sobre mí,
a miles de kilómetros hasta el fondo del mar.
He encontrado el lugar para descansar mi cabeza.


Los brazos del océano me están llevando.
Toda esta devoción se precipitaba fuera de mí,
y las estrellas del cielo son para un pecadora como yo,
pero los brazos del mar me han liberado.


Y se acabó,
y yo me estoy hundiendo,
Pero no me estoy rindiendo,
solo estoy cediendo.

Deslizándome para abajo.
Tan frío, pero tan dulce.

En los brazos del océano, tan dulce y tan frío, 
toda esta devoción que nunca conocí continuó,
y las estrellas del cielo son para una pecadora en libertad,
porque los brazos del mar me han liberado.


Nunca me dejes ir.

martes, 13 de noviembre de 2012

Pie forzado

                  Empecé a correr. La lluvia caía con fuerza, dificultando mi visión aun más, como si la noche oscura no fuera suficiente. Corrí, y me adentre en el espeso y mojado bosque presa del pánico. Volví a gritar su nombre de nuevo, como si me fuera la vida en ello. De hecho, precisamente me iba la vida en ello. Seguí corriendo, mientras mis botas se manchaban de barro. Seguí gritando, mientras mi corazón se hundía en el fango. Cada vez me resultaba mas difícil seguir el ritmo, a causa del cansancio y del maldito terreno, pero en mi mente solo había una idea, lo suficiente para no dejarme parar. Le dije una vez que no entendía como los deportistas podían continuar hasta después de que el cuerpo les dijera basta. Ahora lo entendía, más que perfectamente. Estaba corriendo una maratón. Una contrarreloj de vida o muerte.

Seguí corriendo, ayudándome de los arboles que había a mi paso para impulsarme. Estaba extasiada, pero no podía parar de gritar su nombre. A la mínima que flaqueaba, las imágenes de lo sucedido me sacaban del shock por unos segundos. Él y yo, en aquel destartalado coche  azul, con King Harvest en la radio cantando como locos Dancing In The Moonlight. Estábamos locos, puede que demasiado, pero no. Nunca era demasiado para nosotros y nunca lo seria, de eso estaba segura. Estábamos locos, sí, pero el uno del otro. Tanto, que creí que nada podría ocurrirnos, que hasta ni siquiera la barrera del tiempo podría con nosotros. Eramos nosotros contra el mundo y todo se tornaba en desafió. Pero esta noche es el mundo el que se ha revelado y se ha puesto en contra nuestra. No recuerdo bien el momento en el que King dejo de cantar y en el que dejamos de bailar bajo la luz de la luna. Todo ha pasado tan deprisa... ¿en qué momento aquel coche destartalado al que tanto adoraba se había convertido en el objeto mas espantoso que he visto nunca? Parece tan absurdo... estampado contra una farola a la mitad del puente... y abajo el rió, preparado para acogerle a él entre sus caudalosos brazos después de haber salido disparado por el salpicadero. Ni siquiera pude reaccionar, o gritar, como hago ahora con todas mis fuerzas. Solo pude salir del coche con la ropa y la entereza hecha jirones y descubrir que ya no estaba en aquella carretera, conmigo...

Volví a mi estado de shock, y llegué a duras penas a la orilla del rió. Con los pulmones a punto de explotar y la voz rasgada de tanto gritar, solo me salio su nombre en un murmullo, mientras con la cabeza alzada la lluvia se llevaba consigo la sangre de mi rostro. Hundí mis rodillas en el barro y me quede allí, mirando la bravura del rióbuscándole con la mirada aturdida. Tenía que seguir buscándole, tenia que seguir... pero, en vez de eso, un recuerdo me invadió antes de caer desfallecida, el momento en el que pincel en mano cogió mi muñeca, la acerco al lienzo y me susurró al oído: "Toma un círculo, acarícialo, y se convertirá en un círculo vicioso".

domingo, 11 de noviembre de 2012

Taller del escritor: Juana Castro



              El pasado 25 de octubre tuvimos la visita de la poetisa cordobesa Juana Castro, miembro de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes entre otras distinciones. Esta premiada y humilde mujer, acompañada por Noni Benegas, nos brindó una interesante presentación, que por lo menos a mí, no me dejo indiferente en absoluto. 

Su exposición tomó desde el principio un formato que no me esperaba. Dos sillas y un dialogo. Noni se dedico a hacer reflexiones y preguntas a las que Juana respondía  La poetisa comenzó a describir varias escenas en tercera persona, aunque fueran de su propia vida, desde su infancia hasta ahora. En ellas, refleja que la ha hecho ser como es en el presente dándonos datos, como el momento en el que leyó su primera revista feminista. Este y el ver las diferencias entre las clases sociales fueron los detonantes que la convirtieron en una verdadera escritora. Nos contó que su vocación por la poesía la vino de forma oral, leyendo y escuchando poemas, cosa que le agradece a su madre.


Entre otras cosas, pudimos averiguar de ella que se inspira más escribiendo de noche, aunque últimamente haya cambiado esta rutina a causa de la edad, su obsesión por las contraposiciones del amor y la libertad y de la soledad y la pareja, que el mar en sus poemas suele reflejar algo negativo y que puede que lo que ayer te parecía una obra de arte, hoy no valga para nada. Algunos otros comentarios que captaron mi atención fueron: "el arte poético se trata de dar a entender sin poner etiquetas", "¿cómo hacer que el dolor no se quede en exclamaciones y que nos llegue?", "siempre hay que ocultar algo" y mi favorito personalmente: "la poesía nos puede salvar de ir a psiquiatra".


Durante toda la presentación nos recitó varios de sus poemas, basados al igual que todos los demás en sus experiencias, en el lenguaje, en la música y en las imágenes. Nos explicó porque había escrito esto o lo otro, con una humildad y una cercanía que me sorprendió. Cómo fue capaz de abrirse de esa forma, hasta al contar los momentos más duros de su vida, desde mi punto de vista es digno de admirar.


Como opinión personal, quede encantada con el taller. Juana me parece una mujer fascinante, con una fuerza y una pasión por la poesía inagotable. Original y sin pelos en la lengua, capaz de mantener siempre un equilibrio. Me conmovió su entereza ante las situaciones tan complicadas por las que ha pasado y su forma de reflejar esos sentimientos sin que se queden en simples exclamaciones. Para mí, es un modelo a seguir, porque como ella misma dijo, "hay que ir mas allá, y crear obras de arte".


Para finalizar, os dejo un poema que recióo y se me quedo grabado en la memoria:





AMOR MIO

Antonia buena chica ingresó ya cadáver.
Carmen muy educada vaqueros blusa beis
y Raquel silenciosa es el amor.

Amor de amoratarse amor que es amoldar
y amancillar.
Amor de amenazar amor de amurallar
amor de amartillar
y de amasijo.

Amor de amortajar.

Rosa Lola María
Inés Luisa mi amor.

Compañero mi amigo
mi enemigo.

Rafael veinte años arma blanca su novia en una calle.
José Pablo dos hijos divorciado
y Raúl empresario gran sonrisa el amor.

Es el amor que amengua que amuralla
que amortece y amarra.
Amor de amuñecar amor que es amputar
amor de amilanar
y de ambulancia.

Amor de amordazar.

Manuel Félix Cristóbal
Jaime Isidro mi amor.

Mi señora mi dueña
mi rehén.

Amo mío mi amor.

El anillo no sabe no sabía.
El anillo.
El cuchillo.


martes, 6 de noviembre de 2012

Taller del escritor: Marta Leonor Gonzalez


             El miércoles 24 nos visitó la poeta, narradora y periodista Marta Leonor Gonzalez, nacida en Boaco, Nicaragua. Es editora y/o corresponsal de varios diarios nicaragüenses y fundadora o confundadora de varias asociaciones de escritura, como el Centro Nicaragüense de Escritores (CNE).

Durante toda la presentación se centró básicamente en darnos consejos de como ser escritores e impulsarnos a serlo. Comenzó a contarnos desde su punto de vista, como la historia, y sobretodo las épocas más duras de ella, afectan e incluso definen a la poesía.  Todo ello con un trasfondo de su propia experiencia en Nicaragua. A continuación, nos enseñó varios vídeos relacionados con el tema. En especial, uno de ellos me llamo bastante la atención, en el cual se mostraban definiciones de poesía de varios autores de renombre. Posteriormente, procedió a darnos dichos consejos, de los cuales cito algunos que me resultaron interesantes: "Hay que enamorarse del lenguaje, verlo como un espejo", "Ser autentico, ser uno mismo, ser único", "Todos podemos, aun así en un mundo donde todo esta escrito, incluso en poesía", "Todos tenemos miedo a fracasar. El miedo nos paraliza. Hay que quitarse ese miedo y ser un poco loco". También nos animó a hacernos preguntas a nosotros mismos, como "¿por qué estoy escribiendo, aquí y ahora?"
Aparte de estos consejos, me llamó la atención cuando nos habló de la belleza de las cosas. Según ella, las cosas que estamos acostumbrados a ver pierden belleza a nuestros ojos con el paso del tiempo, poniendo como ejemplo nuestras propias manos. Comprendo el hecho de que esto suceda, pero en mi caso, no sucede así del todo. Finalmente, nos aconsejó que podemos encontrar una fuente inspiración en cualquier parte, hasta en los anuncios de un periódico.
Uno de los momentos carismáticos a destacar de la presentación fue en el cual la poetisa nos pidió que nos levantáramos al grito de "no tengo miedo", y que nos hiciera abrazarnos con nuestros compañeros. Si pretendía llamar nuestra atención y romper esquemas, lo consiguió con creces.
Para finalizar la presentación, leyó dos de sus poemas:"El tiburón que rodeaba mi cielo" y "Boceto para entrar al club".

Como opinión personal, la presentación me resulto un tanto singular. Me hubiera gustado que en vez de que nos hubiera dado tantos consejos o enseñado ciertos vídeos, hubiera hablado mas de su propia poesía, ya que lo hizo al final y prácticamente en cinco minutos.

Para acabar, dejo un poema de la poetisa llamado "1985. Diez años después". Lo he escogido porque su vocabulario capto mi atención al echarle un vistazo:

1985. DIEZ AÑOS DESPUÉS

El corazón que está en mis manos
dice: lentitud de vida que corre por la sangre,
los restos de esta tarde se irán conmigo,
mi mañana la guardarás entre tus ojos
como dos lágrimas puras de invierno,
las venas se enfriarán como vigas de cemento
opacas de naturaleza.
Y recogerás ese corazón que una vez dijo:
hija, madre, niño, taxi, avión, caballo
rosas negras y blancas en un jardín
que nunca recordarás.
Y como días en tu bolso lleno de alfileres
se guardarán la risa, las manos, tu silencio.
Y aquella barba que afeitabas muy bien los días de
mis cumpleaños.

martes, 23 de octubre de 2012

"Stop and Stare"


"Paro y miro atentamente.
Creo que me muevo, pero no voy a ninguna parte.
Sí, se que eso le da miedo a cualquiera,
pero soy lo que no puedo ser.

Empiezas a preguntarte por que estas aquí y no allí, 
y darías lo que fuera por estar en el lugar correcto,
pero no es lo que realmente necesitas.
¿Ves lo que veo?"



domingo, 21 de octubre de 2012

Escenario


             Abro los ojos. No se cómo he llegado aquí. Ni siquiera se si soy yo. Me miro las manos, los brazos... sí, vale, creo que soy yo misma, en cuerpo y pensamiento, aunque algo no me deja estar segura. Siento como si tuviera una barrera en mi mente, como si viera mi ropa y no supiera decir si voy vestida. No puedo pensar, como si no supiera nada, como si mi cerebro no reaccionara. Si, son mis manos, mis piernas...pero no tengo color, y me veo difusa. ¿Dónde se supone que estoy? Todavía no había mirado mi  entorno, cuando lo normal habría sido hacerlo inmediatamente. El tiempo parece ir ralentizado, como mi cerebro al entender las cosas. ¿Acaso hay algo que entender? Mi subconsciente me dice a gritos que algo no anda bien... literalmente, a gritos. Y grita tanto... que no me deja pensar, pero lo acepto. Lo acepto todo perfectamente. No entiendo nada, pero me da igual no entenderlo. Vale, poco a poco. ¿Qué estoy viendo? El suelo, sí, estoy de pie, algo es algo. El suelo es raro, como con textura, pero liso. Genial, esto no me dice nada. Esfuérzate, mira al frente. Ya esta. Ahora, analiza. Me veo a mí. Mi cara, y eso me tranquiliza un poco, pero algo me entumece, algo va mal, odiosa y dolorosamente mal. Al igual que mis manos, me veo en blanco y negro y difusa. Como si pudiera... no, puedo, puedo ver a través de mi. Soy...como transparente. Ese sentimiento horrible se hace más y más persistente. Y de repente, ya no estoy. De hecho me veo a mi, pero no a través de un lánguido espejo, sino desde fuera. Algo tan fuerte y pesado como una fría losa de mármol  me ha sacado de mi cuerpo. Ese insistente pensamiento, ese oscuro augurio que me lleva persiguiendo todo este lapso de tiempo ha salido de las sombras, de su escondite, y se ha transformado en una palabra en mi mente, asilada de mi cuerpo ahora. Muerta. Estoy muerta. No se cómo, ni dónde, ni porqué, pero he muerto. Mientras intento asimilar esta fatídica idea, veo mi cuerpo, de pie, tal y como estaba antes. Comienza a andar. Ahora puedo ver el lugar en el que me encontraba. Es tan extraño que no se como describirlo, pero me da igual. He muerto y ya nada importa. Solo importa eso, la nada. Me esfuerzo por seguirme con la mirada. Mi cuerpo comienza a subir unas escaleras, y sigue subiendo, tanto, que desafía las normas de la gravedad. Normas. La única que importa aquí y ahora es que cuando mueres, ya no hay vuelta atrás. Puedo ver que no estoy sola. Mi cuerpo vaga pasando al lado de personas. Seres sin cara. No se paran a mirarme. Ahora mi yo con la cabeza vacía se detiene, delante de una especie de arco. Tras el, veo una mesa de comedor y unos seres sentados alrededor de ella. Pero estos seres si que tienen rostros, y unos rostros que conozco muy bien. Son mi familia. Ahora si, dolor. Dolor, dolor y más dolor. Solo dolor. Nunca había sentido un dolor tan grande, y creía que sabia lo que era sufrir. Sufrir en vida. Llorar hasta no poder mas. Aquí no hay lagrimas. Mis mejillas no están mojadas, pero nunca había llorado tanto. Mi cerebro vuelve a empezar a funcionar. ¿Y ahora que? ¿Que harán ellos? No pueden pasar por esto de nuevo, no. ¿Y qué es de mí? ¿Y todo lo que no he hecho? ¿Todo lo que no he vivido? No, no y no. Esto no se suponía que debía de pasar.¿Por qué? No estoy preparada para dejar este mundo. No me merezco esto... no se merecen esto. Es tan... tan...injusto, podría decir, por decir algo. Tanta pena no puede ser descrita. Si acaso he muerto, ¿que hago aquí? ¿Acaso es este el lugar mejor al que nos vamos? ¿Ese al que todo el mundo se refiere cuando alguien se va? ¿Estas paredes de sufrimiento? Si acaso me he ido, que la muerte me lleve con ella, del todo. No quiero seguir pensando mas. No quiero ser una aura perdida en la nada. No quiero. No quiero. No lo soporto. Me muero estando muerta. Seas lo que seas, haz que pare. De repente, todo se desmorona... ¿ habrá escuchado la parca mi plegaria y me habrá llevado con ella al fin?

Oscuridad. Oscuridad negra. Oscuridad oscura. Claridad opaca. Claridad difusa. Claridad clara. Y entre lágrimas, de nuevo, abro los ojos.




sábado, 13 de octubre de 2012

Personaje



  • ¿Dónde ha nacido? El lugar exacto del nacimiento de Scarlet es desconocido, pero nació en la ciudad de Chicago en el estado de Illinois, EEUU.
  • ¿Qué tipo de familia ha tenido? Su familia, por así llamarlo, hasta los dieciséis años fueron las monjas y sus compañeras del Sisters of Saint Joseph, el convento en el que se crió.
  • ¿Sus padres le querían? No se sabe con seguridad, pero no debían de hacerlo, pues la abandonaron cuando tenía apenas un año y medio en el convento.
  • ¿Qué calificaciones sacaba en el colegio? En las clases que la impartían en el Saint Joseph no sobresalía ni la gustaba destacar, pero sabía cómo arreglárselas para salir bien del paso.
  • ¿Qué libros leía de pequeño? Entre otros, El guardián entre el centeno de J. D. Salinger.
  • ¿Cómo es físicamente? De mediana estatura, delgada y esbelta, y con un rostro difícil de olvidar. Es pelirroja natural, cosa que contrasta a la perfección con su piel clara, y lleva el pelo muy largo y liso con flequillo recto. Tiene unas pocas pecas que adornan sus mejillas y su nariz recta. Sus labios definidos destacan sobre su cara ovalada.
  • ¿Siempre ha sido igual o ha cambiado mucho con los años? Sufrió su mayor cambio a los dieciséis cuando salio del convento y descubrió el mundo que había fuera esperándola.
  • ¿Cómo son sus ojos? Bastante almendrados y de color miel, con largas pestañas. Ofrecen una mirada intensa, penetrante, misteriosa y determinada.
  • ¿Tiene defectos físicos? Una cicatriz en el costado de un antiguo corte.
  • ¿Tiene traumas psicológicos? Sí, el primero de ellos el no conocer a sus padres y no haber tenido una infancia normal, y el segundo un gran vació interior, una sensación de haber perdido algo o a alguien en el pasado.
  • ¿Qué religión practica? Es totalmente atea, pues las religiones ya no tienen sentido para ella ahora que se ha dado por cierta la teoría de la reencarnación.
  • ¿Está casado? Y si es así ¿con quién? Ni siquiera se plantea casarse algún día, además, iría en contra de sus principios.
  • ¿Tiene represiones sexuales? ¿Cuáles? No las tiene, pues su vida amorosa a sido hasta la fecha inexistente.
  • ¿Sus viajes son largos o cortos? Tampoco podríamos llamar a sus desplazamientos "viajes" porque nunca ha salido de Chicago, pero ha tenido que moverse por la ciudad, sobre todo usando el Loop, el famoso tranvía de la ciudad del viento.
  • ¿Cómo va vestido? Sencilla, con lo que encuentra y puede permitirse, largos jerseys o camisetas básicas, pantalones vaqueros y botas militares. Lleva también una cadena al cuello con un ala de plata de colgante, el único obsequio que le dejaron sus padres.
  • ¿Qué color es su preferido? El verde oscuro, como el color de los pinos.
  • ¿Qué le gusta comer? Cualquier cosa que no sea la comida del Saint Joseph.
  • ¿Qué música escucha? No tiene un grupo o cantante favorito, pero podría pasar tardes enteras escuchando discos diversos en su tienda de siempre.
  • ¿Baila? ¿Qué? No suele porque nunca ha tenido la motivación para ello, aunque el mundo de las artes le parece fascinante.
  • ¿Es una persona apasionada? Mucho. De hecho, es su rasgo más significativo.
  • ¿Qué busca en la vida? Conocer su procedencia, encontrar qué es eso que tanto necesita y echa de menos y luchar para que la verdad se imponga.
  • ¿A qué persona quiere más? La idea del amor es un tanto desconocida para ella, pero apreciará mucho y muy rápido a los dos miembros de su nueva familia: Janette y la pequeña Cayla.
  • ¿La gente le quiere? Janette siempre quiso cuidar de ella y Cayla se encariña a los dos minutos de conocerla.
  • ¿Huele bien? Sí, porque adora entrar en perfumerías, utilizar varios probadores en muñecas y brazos y disfrutar de esos diversos olores mientras camina a solas por la ciudad. 
  • ¿Hace ejercicio? ¿De qué tipo? Tiene como hobbie caminar, y se pasa las horas dando vueltas por Chicago.
  • ¿Es melancólico o risueño? Bastante de ambas cosas. Es melancólica en sentido de que añora no tener ciertos recuerdos, y risueña porque le gusta imaginarlos.
  • ¿Cuál es su animal preferido? Los pájaros. Le parecen los animales más bellos del mundo, tan hermosos, inalcanzables y libres.
  • ¿Duerme bien? No duerme demasiado, le parece una pérdida de tiempo, pero a veces se fuerza para que sus sueños le revelen sus incertidumbres. 
  • ¿A qué hora se levanta? Por lo general, a las nueve de la mañana.
  • ¿En qué trabaja? Los dos últimos años ha trabajado en varios oficios de media jornada, lo suficiente para subsistir.
  • ¿Cómo se gana la vida? Trabajando en una lavandería y en una tienda de música entre otros trabajos.
  • ¿Cómo acabará su vida? Habiendo encontrado las respuestas a las preguntas y sus anhelos, tal vez.

          Scarlet Avner es una solitaria muchacha que fue abandonada por sus padres siendo un bebe en un convento ubicado en Chicago, EEUU. Vive en el siglo XXI, en una sociedad en la que la mayor de las preguntas de toda la humanidad ha sido respondida. Después de tantos siglos, filósofos y teorías está comprobado que al morir las almas de los humanos se reencarnan. Aun así, todavía la sociedad no esta preparada para aceptar lo que muchos siguen llamando teoría. Scarlet vivió hasta los dieciséis en el convento, pero siempre se mostró muy escéptica ante la religión, sobre todo cuando empezó a oír hablar sobre la reencarnación. Empezó a hacerse preguntas, y le inquietaba el no tener ni un solo recuerdo de su supuesta vida pasada, ya que debería tener alguno. En lugar de recuerdos, tenia un profundo vació en su interior. Cuando se quedo en la calle, decidió ir en busca de sus padres, pensando que así mitigaría ese vació,
aunque bien sabía ella que se trataba de algo distinto. Después de dos años dando tumbos y descubriéndose a si misma más que hallando respuestas, una mujer de sesenta años, Janette, la reconoció de haberla visto en el convento. Acogió a Scarlet en su casa, junto con su pequeña hija adoptiva, Cayla. Por suerte, Janette era una fiel creyente de la reencarnación  y le contó a Scarlet lo que por ahora se sabía. Según los estudios, los sueños eran una ventana a la vida anterior, y el no recordarla podría deberse a haber sufrido demasiado en dicha vida. Aquel dato fue decisivo cuando Scarlet comenzó un día a soñar. Una carretera, una larga cifra y dos rostros. Uno de estos últimos con una mirada que no olvidaría jamas.



lunes, 1 de octubre de 2012

Primer experimento

     
           Inspiración. Es lo que llevo sintiendo toda la tarde, no se por qué. Creo que me he sentido así muchas veces, pero no me ha dado por coger un cuaderno y escribir sin más. Puede que haya sido porque necesitaba un propósito, un pequeño empujoncito para creer en mí como escritora.

Antes de empezar a plasmar todo esto, las ideas se agolpaban en mi cabeza como una tormenta de ideas viva, así que decidí seguir un consejo que escuché hace unos días. Un bolso con lo mínimo necesario, un cuaderno, un lápiz y una ruta. Mi ruta. Nunca me había parado a pensarlo, pero sí, tengo una. Con ella recorro los lugares más verdes cercanos a mi casa. Tampoco se exactamente como surgió este camino, supongo al igual que una de esas ideas, inesperadas y nuevas, que revelan algo de ti mismo.

Empecé a caminar, escuchando melodías sin voz, e hice lo que suelo hacer, observar. Observar a la gente, los coches, el cielo, los arboles... hasta que trunqué mi ruta buscando bancos, bancos vacíos dispuestos a escuchar este pequeño acontecimiento en mi zona favorita de la ciudad, el lago. Así que aquí estoy, sentada, delante de una especie de mirador con el lápiz en la mano.

Siempre he adorado pasar por aquí. Adornado por alrededor con un paseo de piedra, césped, una grada, una cascada, hermosos sauces llorones y una pasarela de madera colocada justo en el centro, se encuentra un lago artificial custodiado por patos, ocas, y en otros tiempos, por pavos reales.

Por el día, ofrece una bonita estampa para las tardes de primavera, pero por la noche, como ahora mismo a las ocho y treinta y cinco, unas pequeñas luces blancas colocadas debajo de los sauces muestran una cara mucho más misteriosa del lugar.

Empiezo a notar el descenso de la temperatura, y los bancos contiguos al mío se han quedado vacíos... no recordaba como vuela el tiempo cuando escribes. He de retomar mi ruta, mi camino de vuelta, pero este regreso no será como los anteriores, porque volveré a casa convertida en una pequeña escritora de nuevo.