domingo, 21 de octubre de 2012

Escenario


             Abro los ojos. No se cómo he llegado aquí. Ni siquiera se si soy yo. Me miro las manos, los brazos... sí, vale, creo que soy yo misma, en cuerpo y pensamiento, aunque algo no me deja estar segura. Siento como si tuviera una barrera en mi mente, como si viera mi ropa y no supiera decir si voy vestida. No puedo pensar, como si no supiera nada, como si mi cerebro no reaccionara. Si, son mis manos, mis piernas...pero no tengo color, y me veo difusa. ¿Dónde se supone que estoy? Todavía no había mirado mi  entorno, cuando lo normal habría sido hacerlo inmediatamente. El tiempo parece ir ralentizado, como mi cerebro al entender las cosas. ¿Acaso hay algo que entender? Mi subconsciente me dice a gritos que algo no anda bien... literalmente, a gritos. Y grita tanto... que no me deja pensar, pero lo acepto. Lo acepto todo perfectamente. No entiendo nada, pero me da igual no entenderlo. Vale, poco a poco. ¿Qué estoy viendo? El suelo, sí, estoy de pie, algo es algo. El suelo es raro, como con textura, pero liso. Genial, esto no me dice nada. Esfuérzate, mira al frente. Ya esta. Ahora, analiza. Me veo a mí. Mi cara, y eso me tranquiliza un poco, pero algo me entumece, algo va mal, odiosa y dolorosamente mal. Al igual que mis manos, me veo en blanco y negro y difusa. Como si pudiera... no, puedo, puedo ver a través de mi. Soy...como transparente. Ese sentimiento horrible se hace más y más persistente. Y de repente, ya no estoy. De hecho me veo a mi, pero no a través de un lánguido espejo, sino desde fuera. Algo tan fuerte y pesado como una fría losa de mármol  me ha sacado de mi cuerpo. Ese insistente pensamiento, ese oscuro augurio que me lleva persiguiendo todo este lapso de tiempo ha salido de las sombras, de su escondite, y se ha transformado en una palabra en mi mente, asilada de mi cuerpo ahora. Muerta. Estoy muerta. No se cómo, ni dónde, ni porqué, pero he muerto. Mientras intento asimilar esta fatídica idea, veo mi cuerpo, de pie, tal y como estaba antes. Comienza a andar. Ahora puedo ver el lugar en el que me encontraba. Es tan extraño que no se como describirlo, pero me da igual. He muerto y ya nada importa. Solo importa eso, la nada. Me esfuerzo por seguirme con la mirada. Mi cuerpo comienza a subir unas escaleras, y sigue subiendo, tanto, que desafía las normas de la gravedad. Normas. La única que importa aquí y ahora es que cuando mueres, ya no hay vuelta atrás. Puedo ver que no estoy sola. Mi cuerpo vaga pasando al lado de personas. Seres sin cara. No se paran a mirarme. Ahora mi yo con la cabeza vacía se detiene, delante de una especie de arco. Tras el, veo una mesa de comedor y unos seres sentados alrededor de ella. Pero estos seres si que tienen rostros, y unos rostros que conozco muy bien. Son mi familia. Ahora si, dolor. Dolor, dolor y más dolor. Solo dolor. Nunca había sentido un dolor tan grande, y creía que sabia lo que era sufrir. Sufrir en vida. Llorar hasta no poder mas. Aquí no hay lagrimas. Mis mejillas no están mojadas, pero nunca había llorado tanto. Mi cerebro vuelve a empezar a funcionar. ¿Y ahora que? ¿Que harán ellos? No pueden pasar por esto de nuevo, no. ¿Y qué es de mí? ¿Y todo lo que no he hecho? ¿Todo lo que no he vivido? No, no y no. Esto no se suponía que debía de pasar.¿Por qué? No estoy preparada para dejar este mundo. No me merezco esto... no se merecen esto. Es tan... tan...injusto, podría decir, por decir algo. Tanta pena no puede ser descrita. Si acaso he muerto, ¿que hago aquí? ¿Acaso es este el lugar mejor al que nos vamos? ¿Ese al que todo el mundo se refiere cuando alguien se va? ¿Estas paredes de sufrimiento? Si acaso me he ido, que la muerte me lleve con ella, del todo. No quiero seguir pensando mas. No quiero ser una aura perdida en la nada. No quiero. No quiero. No lo soporto. Me muero estando muerta. Seas lo que seas, haz que pare. De repente, todo se desmorona... ¿ habrá escuchado la parca mi plegaria y me habrá llevado con ella al fin?

Oscuridad. Oscuridad negra. Oscuridad oscura. Claridad opaca. Claridad difusa. Claridad clara. Y entre lágrimas, de nuevo, abro los ojos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario